Huella de Carbono: el 75% de las compañías europeas deberá medir su impacto desde 2025, ¿Están preparadas las empresas argentinas?

Esta medida, parte de un esfuerzo más amplio para combatir el cambio climático, establece un precedente que otras regiones, incluyendo América Latina, pueden seguir pronto. Para Argentina, esta normativa europea debería ser una llamada de atención: anticiparse a tales cambios y adaptarse a la legislación ambiental antes de que sea impuesta podría ser la clave para mantenerse competitivo en el mercado global.

Huella de Carbono

El compromiso global con la sostenibilidad ambiental ha alcanzado un punto crítico, y Europa está liderando el camino con nuevas regulaciones que exigen que el 75% de las compañías midan su huella de carbono a partir de enero de 2025.

En años posteriores, la medida de la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa es aún mayor, por lo que cabe estar preparado y sacar el mejor provecho.

Esta regulación europea afecta directamente a aquellas empresas que cumplan con dos de los siguientes tres criterios: que tengan más de 250 trabajadores, que cuenten con más de 40 millones de Euros de facturación o que tengan más de 20 millones de Euros en activos. Estas empresas deberán medir, reducir y certificar su huella de carbono para alinearse con los objetivos climáticos de la UE. El cambio normativo es significativo, ya que el 75% de la actividad económica europea se verá afectada.

Este hito en la lucha contra el cambio climático marca un cambio en las obligaciones de las empresas con respecto a años anteriores. Hasta ahora, eran principalmente las grandes multinacionales las que estaban obligadas a presentar planes de descarbonización. Para ellas, este proceso ya representa un desafío complejo y costoso, aunque cuentan con equipos especializados.

Sin embargo, para las empresas que aún no han comenzado a trabajar en ello, la implementación de estos planes es un desafío significativo debido a la falta de recursos y experiencia en temas de sostenibilidad.

El cronograma de alcance de la regulación es el siguiente:

  • Enero de 2025: Ingresan las organizaciones y entidades con más de 250 empleados, y las que operan en cualquier estado de la Unión, aunque no coticen en bolsa en un mercado regulado por la UE.
  • Enero de 2026: PYMEs que coticen en algún estado de la Unión Europea.
  • Enero de 2026: PYMEs fuera de la Unión, que coticen en bolsa en mercados regulados por la UE.
  • Enero de 2028: Organizaciones que no cotizan en bolsa en la Unión, pero operan o hacen negocios en cualquier estado de la UE.

¿Cómo puede afectar a empresas de la Argentina?

El último punto del cronograma anterior es claro: la mira estará puesta en empresas y compañías que quieran comerciar con los Estados de la UE. El impacto económico de la medición de la huella de carbono se va a hacer aún más importante en los próximos años y las compañías exportadoras del país tienen que prever estas regulaciones si no quieren perder el tren.

Los tiempos de resolución en compañías más grandes no suele ser el más óptimo por lo que cabe agilizar procesos internos de cara a este hecho que va a ser tarde o temprano, imprescindible. Al hacer cambios antes de la regulación posiciona mejor a la empresa frente a competidores que no lo hayan hecho.

Introducción a la Regulación Ambiental Europea

La Unión Europea (UE) ha sido un pionero en la implementación de políticas ambientales estrictas, con el objetivo de reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y promover un futuro sostenible.

A partir de enero de 2025, se espera que el 75% de las compañías europeas realicen mediciones precisas de su huella de carbono. Esta normativa, que forma parte del Pacto Verde Europeo, no solo subraya la urgencia de abordar el cambio climático, sino que también refleja el creciente reconocimiento de la responsabilidad corporativa en la protección del medio ambiente.

La importancia de medir la Carbon Footprint

Medir la huella de carbono es esencial para comprender el impacto ambiental de una empresa. Este proceso implica calcular la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que una compañía produce directa o indirectamente. Las razones para medir estas emisiones son numerosas: desde cumplir con regulaciones legales hasta mejorar la eficiencia operativa y fortalecer la reputación corporativa.

Además, las mediciones precisas permiten a las empresas identificar áreas donde pueden reducir emisiones, ahorrar costos y contribuir positivamente al medio ambiente.

Beneficios de adelantarse a la regulación en Argentina

Si bien la regulación que obliga a medir la Carbon footprint aún no ha llegado a Argentina, las empresas que se anticipen a estos cambios se encontrarán en una posición ventajosa. Adaptarse tempranamente no solo facilita el cumplimiento futuro, sino que también ofrece varios beneficios:

  • Mejora de la Competitividad: Las empresas que adoptan prácticas sostenibles pueden destacarse en el mercado global, atrayendo a consumidores y socios comerciales que valoran la responsabilidad ambiental.
  • Reducción de Costos Operativos: La eficiencia en el uso de recursos y la reducción de emisiones a menudo conllevan ahorros significativos a largo plazo.
  • Acceso a Financiamiento Verde: Cada vez más, los inversores buscan apoyar a empresas con fuertes credenciales ambientales, lo que puede facilitar el acceso a fondos y mejorar las condiciones de financiamiento.
  • Reputación Corporativa: La sostenibilidad se está convirtiendo en un factor clave para la reputación empresarial. Las compañías que demuestran un compromiso proactivo con el medio ambiente ganan la confianza de los consumidores y de la comunidad en general.

Contexto Argentino: preparándose para el futuro

En Argentina, la conciencia sobre la necesidad de regular las emisiones de carbono está creciendo. Sin embargo, el país aún tiene un largo camino por recorrer en términos de políticas y normativas ambientales comparadas con Europa.

A medida que el impacto del cambio climático se hace más evidente y la presión internacional aumenta, es probable que Argentina también implemente regulaciones más estrictas en el futuro cercano.

La Estrategia para las empresas argentinas

Para las empresas argentinas, la mejor estrategia es comenzar a medir su huella de carbono ahora, antes de que la regulación sea obligatoria. Esto no solo permitirá una transición más suave cuando lleguen las nuevas normativas, sino que también les dará una ventaja competitiva. Las compañías pueden empezar siguiendo estos pasos:

  • Realizar una Auditoría Ambiental: Identificar las fuentes principales de emisiones y establecer una línea de base para las mediciones futuras.
  • Implementar Mejores Prácticas de Gestión de Carbono: Adoptar políticas y procedimientos que reduzcan las emisiones de carbono, como el uso de energías renovables y la optimización de procesos.
  • Capacitar al Personal: Asegurarse de que todos los empleados comprendan la importancia de reducir la huella de carbono y estén equipados con las herramientas necesarias para contribuir a este objetivo.
  • Reportar y Comunicar: Transparencia en la comunicación de los esfuerzos y logros en sostenibilidad puede fortalecer la confianza con stakeholders y consumidores.

A modo de conclusión

La regulación que obligará al 75% de las compañías europeas a medir su huella de carbono a partir de enero de 2025 es un claro indicativo de hacia dónde se dirige el mundo en términos de responsabilidad ambiental corporativa.

Aunque Argentina aún no ha adoptado medidas similares, es solo cuestión de tiempo antes de que lo haga. Las empresas que se anticipen a estos cambios estarán mejor preparadas para cumplir con las futuras normativas y aprovechar las oportunidades que la sostenibilidad trae consigo.

La clave está en actuar ahora, adoptando prácticas que no solo beneficien al medio ambiente, sino que también fortalezcan la posición de la empresa en el mercado global.