El cambio climático está transformando el mundo en el que vivimos. Una de sus consecuencias más preocupantes es el incremento en la frecuencia, duración e intensidad de las olas de calor, eventos que presentan serios riesgos para nuestra salud y bienestar. Por Damián Markov, médico pediatra y Malena Lozada, Doctoranda en Ciencias de la Atmósfera.
¿Qué son las olas de calor?
Las Olas de Calor se definen como un período de temperaturas inusualmente altas para el lugar y momento del año en que ocurren. Es importante aclarar que, a priori, es un evento climático que ocurre por variabilidad natural del clima.
Pero hay estudios científicos que muestran que el cambio climático global tiene una gran implicancia en la frecuencia e intensidad de estos eventos climáticos.
Asimismo, es importante mencionar que no existe una definición estandarizada en el mundo; esta varía según el contexto regional. Por ejemplo, en Estados Unidos, una ola de calor se define como un período en el que la temperatura media diaria supera un umbral específico (percentil 95 o 99) durante al menos 2 días consecutivos.
In Argentina, el Servicio Meteorológico Nacional define un ola de calor cuando por 3 días consecutivos o más, se registran temperaturas máximas y mínimas por encima de ciertos umbrales, los cuales dependen de cada localidad
¿Por qué son más frecuentes?
El cambio climático, impulsado por las emisiones de gases de efecto invernadero, está alterando el equilibrio natural del planeta. Una de sus consecuencias más preocupantes es el incremento en la frecuencia, duración e intensidad de las olas de calor, eventos que presentan serios riesgos para nuestra salud y bienestar.
Los modelos climáticos confirman, con un alto nivel de confianza, que estas olas serán cada vez más comunes e intensas en las próximas décadas.
¿Por qué son tan peligrosas las olas de calor?
Los humanos tenemos la capacidad de regular nuestra temperatura corporal por diversos mecanismos para mantenerla alrededor de 37°C. El principal es la vasodilatación y la transpiración.
Cuando el cuerpo sensa que la temperatura externa es muy alta, envía señales para dilatar los vasos sanguíneos y aumentar la circulación de sangre llevando fluidos a las glándulas del sudor que en última instancia, nos hacen sudar y así eliminar el exceso de calor.
En situaciones de calor extremo y especialmente alta humedad nuestra capacidad de sudar se puede ver comprometida, lo que nos expone a riesgos para la salud.
El calor extremo puede causar deshidratación, agotamiento por calor e inclusive golpes de calor, que pueden ser mortales si no se actúa a tiempo. Además, sus efectos son particularmente graves en los más vulnerables:
- Niños pequeños: Su cuerpo tiene más limitaciones para regular la temperatura, aumentando el riesgo de deshidratación severa y disbalance hidroelectrolítico.
- Mujeres embarazadas: El calor puede causar complicaciones graves, como partos prematuros o bajo peso al nacer.
- Personas mayores: Son más propensas al estrés térmico debido a enfermedades preexistentes o dificultad para percibir la deshidratación.
- Personas con enfermedades preexistentes: El calor extremo puede empeorar las enfermedades crónicas, además existe cierta medicación que aumenta la vulnerabilidad al calor.
- Personas que pasan mucho tiempo al aire libre: La exposición laboral al calor es un riesgo importante, principalmente para trabajadores de la construcción, delivery, recolectores y de la agricultura, como también para atletas, militares y policías. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una estimación conservadora indica que para 2030 se perderán aproximadamente el 2.2% de las horas de trabajo globales debido al calor extremo, lo que equivale a alrededor de 80 millones de empleos a tiempo completo y solamente en América Latina las pérdidas económicas totales producto de la reducción de la capacidad laboral a causa de enfermedades relacionadas al calor se estima en 1.34% del PBI de la región (Lancet Countdown Latinoamérica)
Consejos para protegernos durante las Olas de calor: prepárate.
- Consultá los pronósticos de temperatura y humedad.
- Asegúrate de estar equipado con agua, sales de rehidratación, ventiladores y toallas húmedas.
- Anotá los números de emergencia en caso de que necesites ayuda rápida.
- Chequeá que vecinos y familiares de poblaciones vulnerables tengan acceso a hidratación y refrigeración.
Mantené tu hogar fresco:
- Baja las persianas o corre las cortinas durante las horas más calurosas.
- Ventila durante la noche.
- Si contas con ventiladores o sistemas de enfriamiento, úsalos estratégicamente.
Evita exponerte al calor extremo:
- Limita las actividades al aire libre entre las 10:00 y las 17:00.
- Usa ropa liviana y de colores claros, preferiblemente de algodón.
- Lleva sombreros, protector solar y agua siempre con vos.
Hidratación constante:
- Bebe agua frecuentemente, incluso si no tienes sed.
- Evita bebidas con cafeína o alcohol, ya que deshidratan.
- Si estás al aire libre, usa una toalla húmeda para refrescarte el cuello y la frente.
Reconoce los síntomas de alerta:
- Mareos, fatiga extrema, sed, fiebre alta, falta de sudor o piel seca.
- Confusión, calambres, mucho tiempo sin orinar, respiración rápida o vómitos.
Si notás estos signos en vos o en alguien más, busca un lugar refrigerado, hidratate y pedí atención médica inmediatamente.
Frente al cambio climático, necesitamos adaptarnos y actuar: Las olas de calor son un recordatorio de que debemos protegernos, cuidar de los demás y trabajar por un planeta más sostenible.
Este artículo fue en colaboración con:
- Damián Markov – Médico Pediatra, especialista en Medicina Climática y Salud Ambiental
- Malena Lozada – Doctoranda en Ciencias de la Atmósfera (UBA)
- Alfredo Costa – Licenciado en Ciencias de la Atmósfera e Investigador en Variabilidad y Cambio Climático