La Conferencia de las Partes celebrada en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, fue uno de los encuentros de Naciones Unidas con mayor participación, alrededor de cien mil participantes de todo el mundo se dieron cita en el país árabe. Por Enrique Maurtua Konstantinidis. Regional Coordinator Independent Global Stocktake.
La COP28 de Noviembre pasado fue una de las reuniones más multitudinarias que hubo en la historia de las COPs. Esto incluyó también la presencia de cerca de 2.500 representantes de la industria del petróleo en una reunión atravesada por los conflictos internacionales y una presión de la sociedad civil muy fuerte por tomar decisiones sobre el abandono de los combustibles fósiles.
Este contexto de tensión e incertidumbre en ocasiones promovido por la presidencia de la COP mantuvo los niveles de expectativa y suspenso hasta el último momento.
La presión para tomar decisiones sobre los combustibles fósiles se hizo notar tanto que los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) emitieron un comunicado que instaba a sus miembros a bloquear medidas sobre combustibles fósiles.
Por su parte, el presidente de la COP28 en una de las conferencias de prensa aseguró que “no existe evidencia científica” que sostenga que la eliminación progresiva del petróleo, gas y carbón contribuya a alcanzar las metas del Acuerdo de París, lo que generó reacciones muy fuertes en los medios de parte de un amplio espectro de la sociedad civil y algunos otros sectores obligando al mismo presidente a rectificarse.
Fondo de Daños y Pérdidas
En las primeras horas de la COP se anunció la operacionalización del Fondo de Daños y Pérdidas, contemplando además las donaciones de la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido, entre otros, de alrededor de US$500 millones para los países afectados por el cambio climático.
Esto resultó ser muy conveniente para poder comenzar la COP con una marcha más sólida y “construir confianza” los primeros días de la COP.
Sin embargo cabe destacar que lograr este hito tuvo sus costos, como el cuestionado alojamiento del fondo en el Banco Mundial y los escasos fondos en relación a los que deberá afrontar el fondo frente a impactos climáticos de envergadura.
Solo para ejemplificar, según diferentes estudios, el costo económico del fenómeno “El Niño” puede llegar a ser de US$3.4 billones en los próximos 5 años, por lo que es importante entender que el monto inicial del fondo no es suficiente para paliar los impactos climáticos y requerirá una constante recapitalización.
Balance Mundial
El primer balance mundial es una herramienta prevista en el artículo 14 del Acuerdo de París para evaluar la acción climática en relación a sus objetivos. El fin de este proceso es evaluar las acciones tomadas por las Partes y asesorar e informar la próxima ronda de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), con el objetivo de alcanzar la meta de 1,5° establecida por el Acuerdo de París en 2015.
Para esto, durante dos años se llevaron a cabo diálogos técnicos, mesas redondas, presentaciones de países y sociedad civil y otras dinámicas de participación. Cabe destacar que el proceso técnico contó con una amplia participación de la sociedad civil.
La COP28 fue el cierre de este proceso de dos años que debía dar una señal clara sobre el futuro de la ambición climática y la cooperación internacional, más específicamente un mensaje claro para que los países mejoren sus próximas NDCs antes de 2025.
La decisión sobre el Balance Mundial trató Mitigación, Adaptación, Daños y Pérdidas, Medios de Implementación, y otros temas clave de la acción climática a tratar en la negociación.
Al ser la decisión más importante y abarcativa, la misma fue considerada como lo que normalmente se conoce como “Cover Decision”, que en general es la decisión más abarcativa de la COP que da lugar a otras decisiones más específicas.
Para ponerlo en términos simples, es como la sección introductoria del paquete de decisiones de una COP (pero con más peso, porque su contenido es vinculante).
Sobre combustibles fósiles
La decisión tuvo un gran énfasis en mitigación, en especial sobre el abandono de los combustibles fósiles. Probablemente el tema con más expectativa y, aunque suene raro, prácticamente sin precedentes en el universo de las Conferencias de las Partes.
Al tiempo que menciona explícitamente un objetivo de triplicar la capacidad de energías renovables y duplicar la eficiencia energética.
Esta fue la primera vez que la decisión de la COP abarca de manera más comprensiva las implicancias de dejar atrás los combustibles fósiles y aún así este logro tiene un costo: la decisión deja la puerta abierta a diferentes interpretaciones, y también a diferentes soluciones que podrían retrasar la transición o incluso sacar el foco del abandono progresivo de los combustibles. Más específicamente los mal llamados combustibles de transición son un claro ejemplo de esto.
El texto final refleja un inicio del proceso de dejar atrás los combustibles fósiles, pero se comprende que no logra manifestar de forma acabada la necesidad y la urgencia expresada por los países mayormente afectados -como la alianza AOSIS- quienes en el plenario de cierre hicieron una contundente declaración al respecto luego de haber sido ignorada su ausencia en el momento que la presidencia reanuda la sesión.
Reflexiones finales sobre la Conferencia de las Partes
La COP28 de Dubai marcó un hito en la historia de las COPs, por algunas de sus decisiones, pero también por haberlas logrado en un país que depende fuertemente de los combustibles fósiles, tal y como lo expresó el presidente de la COP, “es inevitable la transición hacia otras fuentes de energía”.
Pero también la Conferencia de las Partes de Dubái deja interrogantes sobre el rol de esta industria, los intereses detrás de muchas de las decisiones, y la desconfianza que generan en la práctica estas decisiones.
En los pasillos y entre personas de la industria de los hidrocarburos se escucha cada vez más sobre los esfuerzos de bajarle las emisiones a la producción de petróleo, lo que por un lado suena “bien” en el inmediato plazo (pensando de manera noble en una transición), sin embargo también se ve como parte de una estrategia para ganar más tiempo de producción y en última instancia quien será, con este criterio, el que venda el último barril.
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