Volar cero emisiones ¿utopía o realidad?

Cuando pensamos en la aviación y en el cambio climático, lo primero que pensamos es que vamos a lamentar mucho no poder viajar más en avión porque es imposible hacerlo sin emitir grandes cantidades de gases de efecto invernadero (“GEI”) a la atmósfera. Pensando en términos de huella de carbono el promedio en argentina se sitúa en las 11 tCO2eq y en el caso de un vuelo Buenos Aires – Madrid tenemos que contar al menos 5 tCO2eq. Es decir, un vuelo de esta distancia equivale a medio año de emisiones de un argentino promedio considerando vivienda, transporte, alimentación y consumo.

Si bien esto nos desalienta también es cierto que hay quienes se preocupan por seguir permitiendo que las personas visiten a sus seres queridos, hagan negocios y visiten lugares distantes a sus hogares, de una manera que sea compatible con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura del planeta. El transporte (aéreo, terrestre y marítimo) es responsable de cerca del 30% de las emisiones globales de GEI. Y sabemos que necesitamos reducir las emisiones a la mitad para el año 2030 si queremos estar dentro de la meta que limita el aumento de la temperatura a 1,5°C. ¿Será posible para la aviación?

ZeroAvia fue fundada por @Val Miftakhov, actual CEO y hace menos de un mes la compañía demostró que un vuelo comercial para pocos pasajeros cero emisiones es posible. El 25 de septiembre un avión de seis asientos despegó, voló y aterrizó exitosamente impulsado solamente con hidrógeno. Al utilizarse el hidrógeno lo que se libera a la atmósfera es, literalmente, agua (en estado de vapor). 

ZeroAvia dirigirá ahora su atención a la siguiente y última etapa de su programa de desarrollo de seis asientos: un vuelo de 400 kilómetros de cero emisiones desde un aeródromo en las Orcadas antes de fin de año. La demostración de este alcance equivale aproximadamente a las rutas principales más transitadas, como la de Los Ángeles a San Francisco o la de Londres a Edimburgo. Si bien está solución no sería aún escalable a grandes aviones o trasatlánticos, sí permite soñar con un transporte aéreo de corta distancia comercial, para paquetería o el agro. Quiero saber más.

Si hablamos de vuelos de mayor distancia o aviones de mayor envergadura, vale la pena conocer los esfuerzos de @NESTE, una empresa originaria de la industria del petróleo, hoy en día convirtiéndose en una industria que busca soluciones para hacerle frente al cambio climático e impulsar la economía circular. La empresa desarrolló un combustible a base de aceite usado de cocina y otros descartes biodegradables de distintas industrias que permite reducir las emisiones de todo el ciclo de vida del combustible en un 80%. Como lo anuncia su CEO, @Peter Vanacker, el combustible ya es utilizado por Air BP y Lufthansa haciendo un blend con combustibles convencionales. Se espera que para el año 2022 tengan una capacidad de suministrar 1 millón de toneladas anuales de este nuevo combustible. Quiero saber más

Si bien la industria de la aviación fue una de las más afectadas por la pandemia hay quienes ven dentro de la crisis la oportunidad de una recuperación “verde”. Implica entender que el planeta entero necesita salir de la crisis que enfrenta, pero no sólo debemos pensar en estar “al menos como antes” sino que podemos permitirnos soñar “estar mejor que antes”.

Autora: Nasha Ayelén Cuello Cuvelier

*Esta nota fue inspirada por el epidosio “The future of flight” de @outrage and optimism.