Cinco años han pasado desde aquel 12 diciembre de 2015, en la COP21 de París, donde las Partes de la CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidos de lucha contra el Cambio Climático) alcanzaron un acuerdo histórico para combatir el cambio climático con el objetivo principal de acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. El Acuerdo de París (AP) entró en vigor el 4 de noviembre de 2016. Actualmente 189 de las 197 Partes de la Convención son Partes del Acuerdo de París.
Su artículo primero nos indica las principales metas que busca alcanzar:
- Mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 ° C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático;
- Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, de un modo que no comprometa la producción de alimentos; y
- Situar los flujos financieros en un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
El Acuerdo de París requiere que todas las Partes presenten sus metas a través de “contribuciones determinadas a nivel nacional” (NDC) que deben ser reportadas cada año. Esto indica que todas las Partes informen regularmente sobre sus emisiones y sus esfuerzos para logara la implementación del AP. También habrá un balance global cada 5 años para evaluar el progreso colectivo hacia el logro del propósito del acuerdo y para informar acciones individuales adicionales de las Partes.
Del compromiso a la acción hay un largo camino
Según el reporte de 2019 Bridging the Gap – Enhancing Mitigation Ambition and Action at G20 Level and Globally, el número de países y estados que están comprometidos con el objetivo de disminuir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) está aumentando, pero todavía está lejos de la escala y el ritmo requeridos. Esto se refleja en hechos tales como los ocurridos en 2018, año en que se produjo un récord en las emisiones GEI liberadas a la atmósfera.
Por su parte, el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 indica que si solo confiamos en los compromisos climáticos actuales del Acuerdo de París, es posible que las temperaturas aumenten 3,2 °C este siglo. Según el reporte, es necesario que se asuman compromisos, políticas y acciones que reduzcan las emisiones en un 7,6 % cada año entre 2020 y 2030. El Informe es claro al resaltar que:
- Muy pocos países se han comprometido con objetivos de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero;
- La acción climática sigue siendo limitada en lo que respecta al fin de los subsidios a los combustibles fósiles, introducir sistemas de precios de carbono ambiciosos e integrales y asegurar que los flujos financieros sean consistentes con el Acuerdo de París;
- Los compromisos de los países para descarbonizar completamente los suministros de electricidad cubren menos de 1% de las emisiones mundiales de CO2 derivadas de la generación de electricidad;
- Los países y estados no están estableciendo objetivos ambiciosos para la industria;
- Los compromisos de cero deforestación neta no están respaldados con acciones en el terreno.
Aún es arduo el trabajo que deben realizar los países Parte para lograr las metas a las cuales se comprometieron hace cinco años. El tiempo se agota y no se observan cambios reales en las políticas globales para hacer efectivo el compromiso asumido.
Lo que nos dejan estos cinco años
Países que entran y salen del acuerdo, compromisos asumidos sin cumplir y una pandemia mundial son algunos de los hechos que hemos vivido en estos últimos cinco años. El cumplimiento de las metas del AP no es un capricho es una necesidad. Según una publicación de la Revista Nature Climate Change las emisiones mundiales de GEI cayeron un 17 % durante la pandemia del coronavirus.
El transcurso de un 2020 completamente atípico nos ha dejado ver de forma clara nuestras costumbres consumo y lo lejos que estamos de cumplir el objetivo esencialmente necesario para nuestra vida en este planeta. Debemos replantearnos nuestro estilo vida y, no solo eso sino nuestro rol individual en el marco de las exigencias hacia los Estados.
Autora: Micaela Tomasoni
Referencias
Key aspects of the Paris Agreement https://cop23.unfccc.int/process-and-meetings/the-paris-agreement/the-paris-agreement/key-aspects-of-the-paris-agreement
Bridging the Gap – Enhancing Mitigation Ambition and Action at G20 Level and Globally https://wedocs.unep.org/bitstream/handle/20.500.11822/30012/EGRgap.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Reporte Brecha de Emisiones 2019 https://www.unenvironment.org/interactive/emissions-gap-report/2019/report_es.php
Current and future global climate impacts resulting from COVID-19 https://www.nature.com/articles/s41558-020-0883-0