5 claves para luchar contra la desinformación sobre cambio climático

El domingo 14 de abril el diario inglés The Guardian publicó una guía sobre “Cómo detectar cinco de las mayores tácticas de desinformación de la industria de los combustibles fósiles”. Te compartimos un extracto del artículo publicado.

Desinformación sobre cambio climático

Amy Westervelt y Kyle Pope han dedicado más de dos décadas combinadas a cubrir la desinformación sobre el cambio climático, enfrentándose a una problemática cada vez más sofisticada y financiada. Este artículo expone su guía para decodificar y entender la manipulación detrás de la información climática que a menudo complica la cobertura mediática y la comprensión pública.

La influencia de la industria de los combustibles fósiles en los medios de comunicación ha sido notable, llevando a la amplificación involuntaria de falsedades y retrasando el reconocimiento periodístico de la verdadera escala del cambio climático. Sin embargo, recientemente, un número creciente de periodistas ha comenzado a rechazar la falacia de “ambos lados” en la cobertura climática, reconociendo el consenso científico establecido sobre las causas y la gravedad del cambio climático.

Los métodos de relaciones públicas de la industria no han cambiado drásticamente con los años, aunque sí se adaptan a las circunstancias actuales. Un ejemplo claro es cómo los discursos políticos sobre el costo de las medidas contra el cambio climático a menudo se basan en estudios económicos patrocinados por la industria de los combustibles fósiles, omitiendo los costos significativos de la inacción climática.

Seguridad energética

En el artículo, Westervelt y Pope resaltan como primera alerta a las narrativas de la “seguridad energética” como tema común en el discurso de la industria. A pesar de la evidencia de que la dependencia de los combustibles fósiles compromete la seguridad global y contribuye a la inestabilidad geopolítica, se promueve la idea de que son esenciales para mantener la seguridad mundial. En contraste, se ignora el progreso de iniciativas como los programas de emisiones netas cero del ejército de EE. UU.

Economía vs. medio ambiente

En segundo lugar, para las autoras hay que tener cuidado cuando se propugna “una falsa dicotomía entre economía y medio ambiente”. La industria ha promovido la idea de que las medidas ambientales son económicamente perjudiciales mediante el uso de estudios y campañas de relaciones públicas destinadas a subrayar los supuestos beneficios económicos de los combustibles fósiles en detrimento del medio ambiente.

Los combustibles fósiles mantienen el mundo en movimiento

La tercera señal a la que hay que prestarle atención es al argumento que esgrimen las empresas asociadas a los combustibles fósiles en cuanto a que ‘mantienen el mundo en funcionamiento‘.

Las investigadoras aseguran que: “a la industria de los combustibles fósiles le encanta argumentar que hace que el mundo funcione, desde mantener las luces encendidas hasta mantenernos fascinados por los teléfonos inteligentes y la televisión, y vestidos a la moda. Es genial: crear un producto, crear demanda para el producto y luego echarle la culpa a los consumidores no sólo por comprarlo sino también por los impactos asociados”, explican Westervelt y Pope.

Parte de la solución

En cuarto lugar, la industria se presenta a menudo como “una solución al problema que ayudó a crear”. Promoviendo soluciones voluntarias como el reciclaje avanzado o la captura de carbono, busca evitar regulaciones más estrictas mientras continúa su operación habitual.

“Si la industria puede hacer que parezca que está trabajando en soluciones, podría mantener a raya las prohibiciones absolutas de los plásticos de un solo uso. Hoy en día, esta narrativa se refleja en el impulso de la industria por la captura de carbono, los biocombustibles y las soluciones de hidrógeno a base de metano, como el hidrógeno azul, morado y turquesa. También lo vemos en la adopción por parte de la industria del término “bajo carbono” para describir no sólo soluciones que permiten combustibles fósiles como la captura de carbono, sino también “gas natural”, que los lobbystas de la industria están vendiendo exitosamente a los políticos como una solución climática”, señala el artículo de The Guardian.

Greenwashing

Finalmente, la industria intenta mejorar su imagen a través de “patrocinios y donaciones” a instituciones culturales y educativas, tratando de aparecer como un benefactor indispensable de la sociedad. Es que para las autoras, “la industria de los combustibles fósiles financia museos, deportes, acuarios y escuelas, cumpliendo el doble propósito de limpiar su imagen y hacer que las comunidades se sientan dependientes de la industria. y por lo tanto es menos probable que lo critiquen”.

El trabajo de periodistas como Amy Westervelt y Kyle Pope es crucial para desmentir estas narrativas engañosas y educar al público y a otros periodistas sobre las tácticas de desinformación climática. Su enfoque no solo aclara los hechos, sino que también impulsa una cobertura más precisa y responsable del cambio climático, esencial para enfrentar efectivamente esta crisis global.

Lee todo el artículo en este link