Energías renovables en Argentina: de la COP28 a los desafíos y compromisos hacia el 2030

La COP28 generó mucha expectativa sobre tema de generación de energía, ya que se realizaba en Emiratos Árabes Unicos, justamente en uno de los principales países productores de petróleo, y la duda era qué iba a suceder cuándo en las mesas de negociación se exigiera por una eliminación progresiva en la utilización de hidrocarburos, considerando que el sector energético es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de la quema de combustibles fósiles. Por Martín Dapelo, consultor especialista en Eficiencia Energética y Energías Renovables, socio fundador de ON Networking. Miembro de Comisión Directiva y Coordinador del Comité de Financiamiento de CADER (Cámara Argentina de Energías Renovables).

Energías renovables

La COP28 generó gran expectativa sobre la generación de energía al realizarse en Emiratos Árabes Unidos, un importante productor de petróleo. La incógnita era cómo reaccionarían en las negociaciones sobre la eliminación progresiva de hidrocarburos, dado que el sector energético es el principal emisor de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles.

En ese contexto, surgió una alianza entre organizaciones dedicadas a promover las energías renovables, conocida como Global Renewables Alliance. Entre sus miembros se destacan IRENA (International Renewable Energy Agency), GSC (Global Solar Council), GWEC (Global Wind Energy Council), The Climate Group, entre otras.

Comenzaron a trabajar en la redacción de una declaración con el objetivo de triplicar la capacidad instalada de energías renovables y duplicar los esfuerzos en eficiencia energética. Esta declaración, llamada ‘Tripling Up, Doubling down’, fue firmada durante la COP28 por más de 300 organizaciones y 124 países, incluyendo a Argentina.

Los objetivos en Energías renovables de la declaración ‘Tripling Up, Doubling down

Para lograr estos objetivos, necesitamos aumentar drásticamente la energía eólica, solar, hidroeléctrica y geotérmica. Esto sentaría las bases para ampliar el almacenamiento de energía de larga duración y el hidrógeno verde, garantizando que los sistemas energéticos no sólo sean limpios, sino también seguros y resilientes.

En promedio, es necesario instalar a nivel global 1.000 GW de energías renovables cada año durante el resto de la década para llevar la capacidad total de energías renovables a 11.000 GW para 2030. Según un reciente informe de IRENA, la capacidad instalada de renovables actual a nivel mundial es de 3.869 GW, representando solo un 28% de la generación de energía total.

Otros países latinoamericanos que han firmado la declaración son Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil y México, y si bien dicha declaración no es vinculante y no genera ningún tipo de penalidad por incumplimiento, nos permite seguir sentados en las mesas de financiamiento climático internacional.

La declaración conjunta intenta sentar las bases para el desarrollo de políticas que permitan la rápida adopción e implementación de proyectos de energías renovables, entendiendo que aún existen muchos obstáculos comunes para el desarrollo de energía limpia, los cuales deben ser abordados con urgencia por los gobiernos y pareciera que la legislación se está tomando plazos que no son acordes con las necesidades para lograr mantener vivo al objetivo del Acuerdo de París, de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 1,5°C.

Para alcanzar los objetivos es necesario abordar distintos ejes, como:

  • Operación de infraestructuras y sistemas: redes eléctricas, almacenamiento de energía, electrificación de uso final, acoplamiento sectorial y planificación de infraestructuras, gestión del lado de la demanda.
  • Política y regulación: mejorar la eficiencia energética, los incentivos de mercado y la política fiscal, el diseño y la regulación del mercado energético, simplificar los permisos, reducir los impactos negativos, maximizar los beneficios sociales y ambientales.
  • Cadena de suministro, habilidades y capacidades: construcción de cadenas de suministro resilientes, educación, capacitación y desarrollo de capacidades.
  • Ampliar la financiación pública y privada.
  • Mejorar la colaboración internacional.

Fuente: Global Renewables Alliance (GRA). TRIPLING RENEWABLE POWER AND DOUBLING ENERGY EFFICIENCY BY 2030 CRUCIAL STEPS TOWARDS 1.5°C.

La declaración Tripling Up, Doubling Down tuvo una gran repercusión y logró ser mencionada en el documento final de la COP28, aunque dicho documento perdió fuerza al pasar de mencionar en sus borradores la frase “phase out”, haciendo referencia a “eliminar” los combustibles fósiles, a un tibio “trasitioning away”, en lo que en su traducción podría leerse como transicionar para dejar atrás a los combustibles fósiles.

Ese cambio de semántica deja abierta la posibilidad a los países productores de petróleo a seguir explotando su producción sin una meta clara y concreta de reducción.

Esta declaración representa una meta muy ambiciosa para nuestro país considerando que a la fecha hemos incumplido todas las metas intermedias de la Ley 27.191 y es muy difícil en el contexto actual alcanzar el objetivo final de dicha ley de 20% de participación de renovables al año 2025.

Entonces, ¿tiene sentido firmar una declaración al año 2030 que es prácticamente imposible de cumplir? Yo considero que sí, tiene sentido enviar el mensaje al resto de los países del mundo que Argentina desea recorrer el camino de la transición energética, pero que quizás los países en vías de desarrollo necesitamos otros mecanismos de financiación, tener otras metas intermedias que consideren los puntos de partida, contexto y necesidades locales, etc., ya que no podemos hablar de la misma transición energética al ritmo de los países europeos, que no tienen los problemas estructurales que tenemos nosotros.

Energías renovables en Argentina

Actualidad de las Energías renovables en Argentina y los desafíos del nuevo gobierno

Actualmente tenemos una potencia instalada renovable de unos 5.700 MW (sin considerar hidroeléctricas mayores a 50MW) y en el próximo año finalizará la vigencia de la Ley 27.191, que estableció el objetivo de alcanzar como mínimo el 20% de participación de energías renovables sobre el total del consumo de energía eléctrica al año 2025.

Si bien al cierre del año 2023 se alcanzó un 14,3%, la ley indicaba una meta parcial del 18% y que, por condiciones de mercado y plazos de construcción de los proyectos de energías renovables, es improbable que se puedan alcanzar los objetivos fijados al 2025.

La política energética no debería ser una cuestión variable dependiente del humor de los gobernantes de turno, no hay desarrollo posible en el sector si se toman medidas contradictorias entre privatizaciones, nacionalizaciones y cada cuatro años se cambia el rumbo y/o las reglas de juego.

Inversiones de largo plazo

Es evidente que para atraer inversiones a un sector que requiere capital intensivo, con repagos a más de 10 años y vida útil de los proyectos mayor a 25 o 30 años, es necesaria una mirada de largo plazo.

Ante la inminente finalización de la vigencia de la Ley 27.191, deberíamos poder tomar como referencia las Resoluciones 517/2023 y 518/2023 publicadas junio de 2023, en las cuales se presentaron el Plan Nacional de Transición Energética a 2030 (PTE 2030) y Los Lineamientos y Escenarios para la Transición Energética a 2050, respectivamente.

En el PTE 2030 se analiza la necesidad de actualización de la Ley 27.191 y plantea una nueva meta del 30% al año 2030, que implicaría la incorporación de unos 8.000 MW renovables en los próximos 6 años. 

Transición energética

Por su parte, los Lineamientos y Escenarios para la Transición Energética a 2050 plantea 3 posibles escenarios de descarbonización energética hasta el año 2050, que intenta alcanzar en su escenario optimista, el objetivo de cero emisiones netas (Net Zero). 

Bajo el escenario más ambicioso se deberían incorporar más 45.000 MW de potencia en energías renovables al año 2050, sumando además unos 32.000 MW para la generación de hidrógeno verde.

El nuevo gobierno de Javier Milei, declaró mediante el DNU 55/2023 la emergencia energética en los segmentos de generación, transporte y distribución, a fin de recomponer las tarifas y reasignar los subsidios.

Si bien se han publicado una serie de resoluciones en referencia a nuevas escalas tarifarias, quitas de subsidios, etc, a la fecha no sabemos cuál será el destino de las energías renovables en nuestro país. 

El nuevo gobierno tendrá la oportunidad y el desafío de sentar las bases de un modelo de desarrollo energético bajo en emisiones, que además de estar alineado con los objetivos de carbono neutralidad al año 2050 tenga un horizonte de largo plazo, pensando en la Argentina de los próximos 50 años.

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