Lo que quedó del cielo
Despertar de poesía y calles de las infancias
– Duda Salabert –

Me desperté en una profunda crisis, todavía sin creer los últimos acontecimientos. Por un lado, la felicidad que siento es inconmensurable, intraducible e inimaginable…por el otro, una angustia enorme me consume. En mi cabeza, el verso de Cecília Meireles: “Eres precaria y veloz, felicidad. Tardas en llegar y, cuando lo haces, no te quedas mucho tiempo”.
La calle ahora tiene un sonido diferente… la ausencia de ruidos de autos y colectivos me alerta sobre otras ausencias: celular, internet, televisión, luz eléctrica, etc., etc., etc…
Confieso que sólo ahora, en este gran silencio, comprendí la profundidad de la letra de la canción “Lo que quedó del cielo”, de Marcelo Yuka, y canté: “No había luz pero era de día, el sol invadió la sala\Hizo del televisor un espejo que reflejaba lo que olvidamos”.
Hacía tiempo que no despertaba con tanta poesía en mi cabeza, en el cantar y en la vida. Si antes buscaba en la poesía el remedio para soportar el día, ahora estoy encontrando en la poesía las respuestas a los enigmas de la vida.
Abrí la ventana y vi niños ocupando las calles con juegos que ni siquiera recordaba que existían. ¡Y esa es la mayor de las alegrías, ver que la calle es de esas infancias! ¡La ciudad es de las niñas y los niños! La alegría es tan contagiosa que me hizo recordar el verso de la poesía cantada de Belchior: “El pasado es una ropa que ya no me anda”.

Pero toda esta alegría, lo confieso, no anuló la angustia que me consumía. La resolución temporal de los grandes problemas socioambientales me trajo una gran crisis existencial, que puede resumirse en las preguntas: ¿hasta cuándo continuará esta paz? ¿Los grandes conflictos fueron solamente resultado de cuestiones socioeconómicas o son inherentes a la existencia humana?.
Regresé a casa y abrí el libro “Grande Sertão: veredas”, de Guimarães Rosa, y leí su epílogo, en el que el campesino Riobaldo, tras mucho reflexionar sobre si el diablo existía o no, concluye: “¡El diablo no existe! Eso digo yo… lo que existe es el hombre humano. Cruzando al otro lado”.
Cerré el libro y decidí dormir sin saber si todo lo vivido había sido un sueño o realidad…

Duda Salabert
Es madre, profesora de literatura y diputada federal por Minas Gerais. En 2023 fue reconocida entre las 10 mejores parlamentarias federales de Brasil y destacada por la revista Time como una de las 100 líderes que pueden transformar a la próxima generación. En 2024 fue la parlamentaria más premiada de Minas Gerais por Congreso en Foco, en cuatro categorías. Duda trabaja en educación, derechos humanos y seguridad pública, con la crisis climática como eje transversal. Impulsa temas como acceso al agua, desarrollo urbano y rural, movilidad y residuos sólidos. Se opone a la minería destructiva y ha representado a Brasil en foros internacionales sobre ambiente, cooperación y derechos LGBTQIAP+.
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Este relato es parte del Proyecto “Un buen día”, conocé más aquí.