Antártica y Amazonia

Baja la temperatura y vuelven los glaciares

– Natalia Greene –

Antártica y Amazonia de Natalia Green

Nos despertamos en la mañana y ahí estamos juntos, después de tantos años. Mucho ha cambiado y nosotros nos seguimos amando igual. Nos elegimos. 

Desayunamos guayusa artesanal, una infusión que nos encanta. Se hace con una hoja amazónica con la que se prepara un té muy energizante. Es una gran manera de empezar el día. Comemos productos de nuestra huerta y huevos de gallinas y codornices felices, que crecen en nuestra casa con todos los cuidados.

Hoy, todas las viviendas tienen alguna forma de contacto con la naturaleza y compartimos lo que cosechamos entre los vecinos. Desde que nuestros hijos Benja y Tiago se independizaron, nos mudamos a una casa off-the-grid: significa vivir desconectado de los servicios públicos, generando electricidad propia y que todo lo que la casa consume, logrando regenerar todo lo que se produce. 

Aunque ya no vivimos los cuatro juntos, nos vemos muy seguido. Hoy mismo tenemos planeado un paseo en bicicleta al volcán Cotopaxi, que tiene un hermoso Bike Park al que vamos desde que los muchachos eran niños. Pensar que ya tienen 34 y 31 años… 

Alguna vez pensé que sería imposible tener energía para seguir pedaleando con mis hijos a los 68. Pero estoy muy saludable. Sin duda la mejora en la calidad de los alimentos ha repercutido en la calidad de vida. ¡Nada de transgénicos! Mi marido Santi acaba de celebrar sus 70. Celebramos su aniversario y la salida de su tercer libro, una investigación sobre el descubrimiento y recuperación de senderos ancestrales escondidos y la importancia de reconectar con la naturaleza. Muy interesante. 

Llegamos al Cotopaxi primeros y nos encontramos con el volcán nevado. Se nota la recuperación del glaciar y es tan claro el día que se pueden ver todos los glaciares, incluso el del Volcán Carihuairazo. Recordamos que hace 25 años, el 28 de febrero de 2025, se había declarado la pérdida total del glaciar. Pudo revertirse y en este día perfecto, volvemos a verlo. Estamos tan maravillados que no vemos llegar a mi hijo Benja a pesar de que llama la atención: tiene una bici adaptada con un remolque para poder llevar a sus gemelos. Saludamos a los niños y también a la esposa, a quien queremos mucho. Le pregunto a Benja como está el trabajo y me contesta “¡Bacán!”. Es músico y se dedica al piano e instrumentos de viento. Hace música experimental: primero tocaba para las ballenas pero hace años que viene trabajando para poder tocar con ellas. La primera vez que lo contó, parecía una locura. Pero ha logrado incorporar los sonidos de las ballenas en su música y el resultado es más que interesante.

Antártica y Amazonia de Natalia Green

Después llega Tiago junto a su novia. Es una suerte que se haya podido tomar la mañana porque trabaja mucho. El le dice “the Matrix” porque a veces parece complicado de explicar y es cierto que es bien complejo: hace años hay una especie de gobierno internacional de la inteligencia artificial que usa los recursos y la tecnología para recuperar las ciudades que han quedado bajo el agua por el cambio climático pero que él trabaja para restaurar esos ecosistemas perdidos. 

Tenemos un lindo paseo en familia. Pedaleamos y vemos venados, pumas y curiquingues que viven en el páramo recuperado. Es un placer recorrer la naturaleza en familia, especialmente bosques vivos, intercomunicados, cuando la ciencia ha avanzado tanto que sabemos cómo se relacionan e interactúan, lo mismo que nos decían nuestros hermanos indígenas y que la ciencia ha corroborado. Preparamos un picnic vegano, con opciones hermosas y con conciencia. La gente sabe lo que come y lo que hace bien al planeta y a ellos. Además, disminuir el consumo de carne ha disminuido las emisiones de gases de efecto invernadero, y hace muchos años se han prohibido las granjas industriales. 

Me gustaría quedarme toda la tarde, pero tengo que volver a Quito. Por suerte, no solo ha vuelto el tren, sino que es veloz y eléctrico. Así que rápidamente estoy en la oficina para conectarme a una sesión de Naciones Unidas. Sigo trabajando en la Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza, que ya ha cumplido 40 años. Ya no son solo 39 países sino más de 80 que han reconocido a la Naturaleza como sujeto de derechos. 

La sesión de hoy es muy especial: hemos logrado algo que comenzamos en 2025 cuando pedimos declarar a la Amazonía y a la Antártica como sujetos de derecho. Así que hoy estamos conectados todos en computadoras que usan energía renovable, geotermia y una nueva energía que se ha descubierto a partir del agua. En la sesión son reconocidas con voz y voto, y como parte miembro de Naciones Unidas la Antártida, considerada la víctima silenciosa del cambio climático, y la Amazonia, guerrera contra el calentamiento global. Que tengan su gobernanza como biomas ha hecho que cambie mucho cómo los gobiernos se relacionan con la naturaleza. Ha cambiado el patrón de comportamiento. Todavía no hemos superado la crisis climática ni la pérdida de biodiversidad, pero estamos avanzando y hemos podido volver a bajar la temperatura. Llevamos 3 años con la temperatura en 1,5° y pronto será 1°. Para eso seguimos trabajando, con la esperanza de que hemos revertido la curva y que la naturaleza se empieza a recuperar y encontramos cada vez más a especies que se creían extintas. 

Termina la sesión y salgo satisfecha de esta increíble jornada. Me voy a descansar feliz, además porque mañana nos encontraremos con toda mi familia, contenta de saber que seguimos todos completos, abuelos, primos, con salud y cada vez más numerosa. 

Natalia Greene

Activista y politóloga ecuatoriana. Licenciada en Artes y magíster en Ciencias Sociales y en Cambio Climático. Impulsó la inclusión de los Derechos de la Naturaleza en la Constitución del Ecuador y trabajó en la Iniciativa Yasuní-ITT. Fue presidenta y hoy es vicepresidenta de CEDENMA. Integra el Comité Ejecutivo de GARN y es secretaria de los Tribunales Internacionales por los Derechos de la Naturaleza. Desde 2016, forma parte de la red de expertos de la ONU en Armonía con la Naturaleza.

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