Si bien la Argentina es pionera en la región en el impulso hacia energías renovables desde 1998, el país no cumplió ninguno de los objetivos progresivos establecidos en tiempo y forma. La situación actual de las provincias; programas e incentivos y qué expectativa hay hacia adelante para este sector clave de la economía que viene. Por Graciela Caamaño.

Ya en el año 1998 a instancia de diputados de la Provincias de Chubut y Buenos Aires se sancionó la ley 25.019 que declaró de interés nacional la generación de energía eléctrica de origen eólico y solar en todo el territorio.
Recién en 2006 se conformó el Régimen de Fomento Nacional para el uso de fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica, bajo el número 26.190, que por supuesto impulsaba el desarrollo y el uso de energías renovables en el país.
La ley establecía un crecimiento progresivo en términos de porcentaje: el 8% para el año 2017, el 12% para el año 2019, el 16% para el año 2021, el 18% para el año 2000 y 20% para el año 2025. En síntesis, el objetivo final era que en un lapso de 20 años, al menos el 20% del consumo eléctrico nacional provenga de fuentes renovables para el año 2025.
En el año 2017, se sanciona el Régimen de Fomento a la Generación distribuida de Energía Renovable integrada a la Red Eléctrica creado por la ley 27.424, con el objetivo de fijar las políticas y establecer las condiciones jurídicas y contractuales para la generación de energía renovable.
Ninguno de los objetivos progresivos establecidos se cumplió en los periodos establecidos.
Un récord limitado
En septiembre de 2024 se registró un récord en la generación de energías renovables, que alcanzaron el 21% de la cobertura mensual de la demanda eléctrica. Sin embargo, a pesar de este progreso, la participación de energías limpias en la matriz energética aún es limitada en comparación con otros países de la región. En 2023, las energías limpias representaron aproximadamente el 16% de la matriz energética argentina.
Este artículo es parte del Informe Anual 2025 sobre Cambio Climático, solicitá el informe completo en el formulario a pie de página.
Programas e Incentivos más allá de la Ley Nacional de Energías Renovables
Los programas de incentivos y financiamiento han sido clave en la expansión de las energías renovables a través de mecanismos como el programa RENOVAR, el Fondo para el Desarrollo de Energía Renovables y el Mercado a Término de Energías Renovables.
El programa RENOVAR (2016), que tenía como objetivo aumentar la capacidad instalada mediante licitaciones públicas, logró la aprobación de seis rondas de licitaciones, más de 7 Gw. de potencia adjudicada principalmente eólica y solar. El precio del MWh renovable cayó de U$A 120 a menos de U$A 50 en algunas rondas.
En el caso del Fondo para el Desarrollo de Energía Renovable, creado para mitigar los riesgos financieros y brindar garantías a los accionistas, aseguró financiamiento estatal y atrajo inversión privada para proyectos renovables, además de facilitarel acceso a créditos de organismos internacionales como el Banco Mundial.
Y por último, el programa Mercado a Término de Energía Renovables permitió que grandes consumidores industriales compren energía renovable directamente a generadores privados, ayudó a dinamizar el sector y diversificar la matriz energética.

La crisis económica, que dificultó el acceso al financiamiento externo, sumada a la falta de inversión en infraestructura —como las redes de transmisión necesarias para integrar más energía renovable— y al freno en las licitaciones (RENOVAR está paralizado desde 2019), afectaron directamente el crecimiento del sector. Todo esto conspiró contra su desarrollo en los últimos años.
Los desafíos que encontró la ley para su implementación fueron fundamentalmente económicos, regulatorios y estructurales.
La Red Eléctrica Nacional, no creció al mismo ritmo que la generación renovable lo que generó cuellos de botella en el transporte de energía. Como consecuencia, proyectos renovables aprobados no pudieron conectarse a la red o tuvieron restricciones en la inyección de energía. Regiones de alto potencial eólico, como la Patagonia, no pudieron exportar toda su generación de energía debido a la falta de líneas de transmisión.
Tampoco ayudaron la crisis económica y la falta de acceso al financiamiento que se agravaron desde 2018. La volatilidad del mercado dificultó el acceso al financiamiento de nuevos proyectos y por ejemplo, paralizó el programa RENOVAR a partir del año 2019. Esto provocó retrasos en la ejecución de proyectos ya adjudicados y una caída en la inversión extranjera debido al aumento del riesgo financiero país.
Por otra parte, el cambio en políticas energéticas fundamentalmente aquellas vinculadas a los incentivos y la ausencia de nueva licitaciones, ya que desde 2019 no hubo nuevas rondas del programa RENOVAR frenó la expansión del sector.
Ley Nacional de Energías Renovables: las provincias mejor posicionadas
El otro gran problema está vinculado al tema del subsidio de las tarifas eléctricas, ya que esto dificulta la competencia con fuentes convencionales como el gas natural y es un menor atractivo para proyectos de gran escala.
En las provincias las energías renovables fueron valoradas y tuvieron una transición muy activa en alguna de ellas.
La provincia de Córdoba se consolidó como pionera en proyectos de generación distribuida de energías renovables, según datos de la Secretaría de Energía de la Nación, alcanzó un total de 757 usuarios generadores,un número significativo a nivel nacional.
En cuanto a la provincia de Chubut, el líder en generación de energía eólica alberga una cantidad de aerogeneradores que contribuyen de manera importante al sistema Argentino de interconexión eléctrica. El Parque Eólico Rawson tiene una capacidad instalada de 108 MW.
Buenos Aires también ha desarrollado proyectos eólicos de gran envergadura, como el Parque Eólico Los Teros II, que aporta 52, 39 MW al sistema eléctrico nacional, teniendo capacidad de 170 MW.
En tanto Jujuy alberga el Parque Solar Cauchari, una de las plantas de energía solar más grande de Latinoamérica con una capacidad instalada de 300 MW.
San Juan, por su parte, es pionera en la construcción de parques solares desde el año 2012 y produce ese tipo de energía desde el Parque Solar Fotovoltaico Cañada Onda.
En La Rioja, el Parque Solar Nonogasta tiene capacidad para 35 MW.
En tanto Santa Fe, Mendoza, Salta, San Luis, Neuquén y Misiones han implementado regulaciones específicas que permiten la inyección de energías renovables a la Red pública facilitando la participación de usuarios generadores y promoviendo el uso de energías limpias a nivel local.
Otras Energías Renovables: hidroeléctica, biomasa, biogás, geotérmica, maeromotriz, undimotriz e hidrógeno verde.
Como sabemos el camino hacia una matriz energética más limpia, diversificada y sustentable tiene un potencial en otras fuentes alternativas.
En energía hidroeléctrica de pequeña escala con centrales hidroeléctricas de baja potencia, hasta 50 MW, hay algunos proyectos en zonas cordilleranas y cuyanas, ej. La Mini Central Hidroeléctrica Cuesta del Viento en San Juan, con capacidad de 15 MW.
En biomasa, que aprovecha residuos orgánicos (forestales, agroindustriales, urbanos) para generar energía térmica o eléctrica se desarrollan proyectos en el litoral, Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos, como la Central Térmica de Biomasa Unilever-Establecimiento Las Marías en Gdor. Virasoro, Corrientes que con residuos de la industria maderera y yerbatera tiene capacidad para producir 3 MW.
De biogás, generada por la descomposición de residuos orgánicos en digestores anaeróbicos, que se usan para calefacción, generación eléctrica o como combustible vehicular. Por ejemplo, la Planta de Biogás Bioelectrica Roldan en Santa Fe, con capacidad de 1,5 MW.
En Neuquén, en la zona del Volcán Copahue hay un emprendimiento interesante, con línea de investigación que proyecta un potencial de 100 MW para producir Energía Geotérmica.
No debe dejar de observarse y prestar atención, en cuanto al aprovechamiento de la extensa costa patagónica, especialmente en Santa Cruz y Tierra del Fuego desde se encuentran emplazados interesantes proyectos de aprovechamiento de las amplias amplitudes de marea, para la producción de energía mareomotriz y undimotriz.
En cuanto al hidrógeno verde, varios han sido los ámbitos de debate en el pasado y muchos son los proyectos que se encuentran en el congreso. En agosto de 2006 se dictó la ley 26.123 que declaró de interés nacional el desarrollo de la tecnología, la producción, el uso y la aplicación del hidrógeno como combustible y vector de energía; la norma establecía objetivos, autoridad de aplicación, y creó un Fondo Nacional del Fomento del Hidrógeno y un régimen fiscal promocional, que fue una norma que cumplió su ciclo de vigencia de 15 años y sin ningún resultado.
Desafíos de la Ley Nacional de Energías Renovables
Si analizamos el comportamiento de Argentina a nivel regional podemos decir que estamos en desarrollo y que enfrentamos desafíos muy importantes para alcanzar niveles de participación similares a los dos países de la región que lideran la temática y que son Brasil y Chile. La paradoja a analizar es que estos dos países comenzaron sus políticas en materia de energías renovables al mismo tiempo que nuestro país, por lo que sin dudas, algo se hizo mal o se dejó de hacer.
Si Argentina no aborda con decisión y capacidad las limitaciones infraestructurales y continúa implementando políticas que faciliten el desarrollo sostenible del sector para cumplir con las metas establecidas y consolidar su posición en el ámbito regional, aún cuando mantenga la meta de alcanzar el 20% de abastecimiento eléctrico a partir de fuentes renovables, para 2025 poco habrá cambiado.
Mucho más lejos aún queda la meta de superación del 30% de energía renovable para el año 2030, mencionado en el Plan Nacional de Transición Energética presentado en 2023 y que implica incorporar aproximadamente 8.000 MW adicionales en los próximos años; cuando según datos de CAMMESA, en diciembre del 2024 la generación renovable representó el 19,1% de la demanda eléctrica del país. Este avance es significativo pero aún está distante del objetivo.

