Buenos vecinos
Equilibrio entre el trabajo y el tiempo personal y lazos solidarios
– Miroslava Herrera –

Casi no puedo creer que ya llevamos un año con esto de la semana laboral equiparada al tiempo personal. Parecía que las discusiones no terminarían nunca, pero doce meses después todos los indicadores demuestran que todos en el país están más felices y sanos y no, la economía no se fue al traste.
Jueves al mediodía cierro la compu y me voy al mercado a deleitarme con los colores y aromas de temporada. Amo ir al mercado, siempre me topo con alguien querido, como unos bananos y me pongo al día sobre las novedades del barrio. Lorenzo sale del cole a las 2 de la tarde y me da chance de recogerlo con el carrito de la compra rebosante de frutas y verduras. A veces caminamos cantando y a veces regresamos a casa en silencio oyendo a los pájaros. Es tan agradable caminar por este barrio, desde que se introdujo la educación vial en las escuelas y en las campañas del municipio, todo el mundo usa las luces direccionales y solo pitan si es necesario.
En el camino nos topamos con un alboroto de risas en una casa que llevaba mucho tiempo desocupada. Yary, mi vecina y cómplice de actividades en el barrio, sale a saludarnos. Lorenzo la abraza feliz de verla, le encanta ver a Yary porque siempre tiene golosinas en su bolso.
—¿Tía Yari, un dulce para tu sobrino favorito?
–—Te salvaste Lore, justo traje una canasta de buñuelos de chocolate para la faena.
—Faena ¿Qué faena?, pregunté.
Me encanta que el hablar rápido de Yary suena a canción de rap.
—Oye, estaba por avisarte para que vinieras cuando te desocuparas. Vinimos a ayudar a los Duarte a mudarse. La casa está llena de humedad y cosas medio desvencijadas y mandé un mensaje al grupo para venir a ayudar, ¡la esposa se llama Aida y tiene 8 meses de embarazo! Mi Claudio le acaba de instalar una hamaca en el patio y allí está descansando mientras nosotros nos ponemos manos a la obra con su esposo. Mis hijos están jugando con sus nenes de 3 y 4 años. ¡Esto va por lo largo querida, aún falta que llegue un camión con cajas! Aquí están Dayana y José de la 605, Ana y Robert de la 610 y Leila con sus hijos. Sé que aun ni llegas a casa, pero si pueden vengan.
—¡Claro, querida! ¡Me encantan estos barullos! Deja que llegue a casa y me organizo para volver con Luis y Lorenzo. Ah, y nos llevamos el buñuelo para después de comer. Nada de comer al revés, jajajaj.
Lorenzo propone una carrera a la casa que gana, por supuesto.

En casa nos espera Luis que también terminó su jornada y acaba de terminar de preparar un rico almuerzo para los tres.
—¡Papi!
Besos y abrazos de bienvenida. Después Lorenzo pone la mesa mientras yo le comento a mi marido:
Besos y abrazos de bienvenida. Después Lorenzo pone la mesa mientras yo le comento a mi marido:
—¿Viste los vecinos están ayudando a la familia nueva con la casa 601? —Sí, por aquí pasó Claudio para buscar unas herramientas. Yo los alcanzo después del almuerzo. El grupo de jubilados están con la madera de la cocina y más tarde llega la representante con pizzas para todos. ¡Ya sabes, estas cosas acaban siempre en fiesta!
—Mi amor, este estofado te queda cada vez mejor.
—Esa receta de tu mamá es mi mejor plato.
—Pues justo debo hablar con ella antes de salir. La llamo para que me cuente como le fue en el médico y para ver los detalles de la fiesta de aniversario del domingo. Ustedes adelántense a la casa de los Duarte que yo los veo allá.
—Dale amor, no te ocupes de los platos que yo los lavo al regreso.
Le digo a Lorenzo que se cambie de ropa antes de salir. Sé que allá vamos a ensuciarnos. Luego llamo a mi madre. Sus cuentos siempre me hacen reír a carcajadas y aunque hablamos 20 minutos seguidos, quedan cuentos por contar. Pero ella me dice “Ándate que seguro te necesitan allá en la casa nueva”. Es importante para ella y también para mí, juntas al teléfono repetimos a coro nuestro mantra familiar: “¿Quién es tu mejor amigo? Tu vecino. ¿Y tu hermano? Tu vecino más cercano.”. Así nos despedimos.
Camino a la 601 me detengo antes a darle un beso a Gertrudis en la 605. La pobre se quedó viuda el año pasado y las vecis nos turnamos para visitarla y hacerla sentir acompañada.
—¡Cómo quisiera ir a ayudar! —me dice.
—Tranqui Ger, hay bastantes manos y ya habrá oportunidad de que ayudes. Esos niños van a necesitar ayuda y tú has sido la tutora de todos los niños del barrio. ¡Tu huerto es un tesoro!
Sigo y finalmente llego a la 601. Me llena de orgullo de ver a mi comunidad en acción. Los niños correteando ya integrados a los juegos llenan la estancia de risas y bromas.
Aida pide la palabra y dice con la voz entrecortada: “Gracias, ¡nos sentimos tan bienvenidos!”.
La representante del corregimiento levanta su vaso e invita a un brindis: “Brindemos por una comunidad unida! ¡Y no se olviden de la próxima reunión mensual!”.

Miroslava Herrera
Comunicadora social, amante de la historia y lectora compulsiva.
Como especialista en historia oral participó en la documentación histórica de la ampliación del Canal de Panamá. En 2016 ganó la Gaviota de Plata del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en la categoría folclórica. En 2018, el disco “Viene de Panamá fue nominado al Grammy Latino. Lidera el proyecto musical Afrodisíaco con el que investiga e interpreta cantos tradicionales afropanameños. En su labor como gestora cultural, se enfoca en la interseccionalidad afro como expositora y conferencista.
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